domingo, 17 de junio de 2012

¿Hasta dónde debe llegar el Estado?

¿Cuáles deben ser las características ideales de un estado? ¿Qué libertades debe permitir y cuales no? Esta ha sido una de las preguntas más importantes que se ha hecho la humanidad desde la creación del Estado. En la actualidad se distinguen dos tipos de Estado: unos liberalistas que se basan en la desigualdad ente clases, hay ricos y pobres, y la sociedad socialista que defiende un estado igualitario, donde no existan las diferencias de clases y donde todas las personas puedan acceder a los mismos recursos.

Según mi punto de vista, el estado que mejor se ciñe a las necesidades de todo el conjunto de la población es el estado socialista, que se encarga de regular los bienes públicos, para que de este modo, no exista una minoría elitista que concentre todo el capital, mientras que una gran mayoría obrera tenga que trabajar duramente para conseguir un poco de pan. Gracias al estado socialista los hombres podrán vivir en una sociedad justa donde llegarán a ser felices. Pero, eso sí, este tipo de sociedades no debe derivar en otras que son peligrosas para los hombres, es el caso de las utopías. En ellas los utópicos eliminan a quienes se les oponen, no dejan paso a la libertad de expresión tan anhelada por el ser humano, todo para conseguir lo que ellos llaman "bien común". Por eso, dentro del estado socialista es necesario defender una sociedad que se guíe por sus instintos amorosos, no por los instintos violentos tan presentes en las utopías. Con estos instintos el hombre crearía una sociedad más justa sin tiranos ni clases sociales, dando lugar a su vez a las sociedades lúdico-eróticas.

Hay que crear estados de bienestar, que mejoren las condiciones de vida y las laborales del proletariado, y a esto solo es posible llegar mediante la democracia de los estados socialistas, que permitirán el diálogo entre clases para poder exponer y que se tengan en cuenta todos los puntos de vista de los distintos colectivos sociales. Este mismo diálogo (como dice Habermas) permitirá tomar una serie de decisiones colectivas que sean justas y adecuadas para la sociedad.

En conclusión, el Estado más adecuado para la sociedad será un Estado social que debe de llegar hasta un punto medio, imponiendo una serie e leyes y normas que permitan repartir la mayoría de bienes entre toda la población, pero, que este a su vez pueda ser elegido por los propios ciudadanos que son quien a través del diálogo entre todos pueden encontrar las normas adecuadas a los intereses de todos y cada uno de nosotros y que no impongan la violencia para establecer su poder, llegando con ello a conseguir una sociedad justa e igualitaria, donde el hombre podrá llegar a ser feliz.

1 comentario:

  1. Muy bien. Dos cosas: no es "liberalistas" sino "liberales". Podías citar a Marcuse.

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